Proyecto:
Escuela de Líderes / Parte I
Por: Raúl
David Salomón García
La educación
-y en general todos los planos de la vida humana-, atraviesa hoy por una crisis
de la inmediatez; los medios de comunicación proveen de información en
cantidades tan grandes, que es muy dificil discernir cual de esta información
es de utilidad para posteriormente procesarla y orientarla hacia el
cumplimiento de objetivos específicos tanto del alumno como del profesor.
Nos hemos
acostumbrado a que la inmediatez no solo marca ahora la tendencia de
como buscamos y encontramos contenidos, sino también la forma en la que se
publican dichos contenidos; hoy más que nunca en la historia se premia la
brevedad, la practicidad y la ausencia de datos adicionales -que no
necesariamente de fundamentos-, antes considerados imprescindibles y que ahora
más bien se van encontrando como fragmentos, como referencias, aislados e igual
de breves procurando siempre dejar en primer plano la idea principal que ocupa
al individuo que publica. Por ejemplo Twitter que no deja espacio más que para
lo esencial con sus 140 caracteres por publicación.
Debemos
preguntarnos si lo anterior es incorrecto; particularmente pienso que no
mientras nos aseguremos que la información es breve pero valiosa y verídica,
pienso que es una nueva forma de aprender mucho más cercana al funcionamiento
del cerebro humano, a través de fragmentos entrelazados que adquieren
significado y que además se combinan con las experiencias anteriores de los
individuos y que por lo tanto resultan en conocimientos con diferentes
significados para cada uno.
Esta nueva
forma de aprender que hemos desarrollado forzados por las Tecnologías de
Información, deja muy atrás a la forma tradicional que hemos mantenido de
transmitir el conocimiento. ¿El resultado? Las escuelas son obsoletas en sus
instalaciones, sus métodos, su forma de evaluar el aprendizaje y por supuesto,
existe una tremenda ruptura entre lo que se requiere en la vida real en las
empresas y lo que las escuelas enseñan en sus aulas.
Peor aún, la
escuela tradicional no se preocupa porque el individuo -alumno- alcance la
autorealización que es la escala más alta de la pirámide de Maslow y por el
contrario, se conforma en gran medida con que este, su razón de ser, alcance el
mediocre nivel de la seguridad.
Hoy la
información no es un problema, cualquier niño con un smartphone tiene más
información disponible de la que los integrantes de la generación X (los
nacidos entre 1971 y 1985, según unos autores) podrían haber llegado a obtener
visitando todas las bibliotecas de cualquier país. Por tanto, si la información
no es un problema en sí misma, entonces el problema se encuentra en la
MOTIVACIÓN; el individuo actual, carece en muchos sentidos de motivación para
convertir la información en conocimiento y en capacidades intelectuales que más
adelante le provean de un futuro cierto. Esta falta de motivación es
responsabilidad de los métodos tradicionales -y los docentes tradicionales-
preocupados por que el alumno retenga cantidades ingentes de datos inútiles
pero que no se preocupa por inspirar, por sembrar ideas, por fomentar la
autorealización que debería ser la auténtica finalidad de la educación.
Y es aquí
donde nace la idea de crear una escuela de líderes; un proyecto adicional y
paralelo a la educación tradicional -basada en la información técnica- que por
el contrario esté basado en la generación y siembra de ideas, en un
amplio sentido social y en general en una búsqueda constante de la
autorealización. Un proyecto que estimule la creatividad, el pensamiento
alternativo, las soluciones laterales y que explore las diferentes formas en
que los seres humanos nos acercamos al conocimiento.
Gracias por leer
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